Mabel nació un 1 de abril -como Tinelli, aunque es mucho más joven-. Es cordobesa, y en Internet aparece su nombre como coautora de "Evolución histórica de la legislación en radiodifusión y pautas para una nueva ley", trabajo final de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

   La vimos por primera vez en un programa ómnibus de entretenimientos para la familia, que se emitía por canal 9 los sábados, alrededor de 1989 o 1990. Allí le hicieron un reportaje, presentándola al público.

   Se hizo famosa a través de "Nuevediario", noticiero que condujo durante muchos años junto a Guillermo Andino. Mantuvo siempre un "perfil bajo" y no se envaneció por el éxito. Tuvo en claro que la estrella era la noticia. También trabajó en Radio Libertad.

   La recordamos en una sección dedicada a las plantas, dentro del noticiero, alrededor de 1992.

   La vimos también en "Movie, la magia del cine", en el año 2000,  y muy temprano por canal 7, más recientemente.

   Mabel es una persona sensible y de buen corazón.

En exposocial2009.org encontramos, el 19/5/09, que Mabel Marchesini tuvo a su cargo la conducción femenina de la entrega de los premios Juan Filloy a la trayectoria y a la trascendencia por su carrera como artistas, que se realizó el 7 de mayo de 2009 en Río Cuarto, provincia de Córdoba.

Río Cuarto es la ciudad de Mabel.

La conmovían los problemas ajenos.  Ante la emoción y el llanto de una mujer que era reporteada por teléfono en un tema de discapacitados, casi lagrimea ella.

Terminó diciendo: "Esta nota es una inyección de alegría; nos transforma" ("Nuevediario", 18/3/97)

Le gustaba la practicidad.

Al presentar una nota sobre las compras electrónicas al supermercado, para no tener que moverse de la casa, hechas de noche para no perder tiempo, dijo que esto era algo que a ella particularmente le gustaba. ("Nuevediario", 12/3/97)

CONOCIENDO A MABEL

(De nuestro archivo: anotaciones)

La enternecían los niños. La vimos encantada con los cuatrillizos que aparecieron en una nota el 11/3/97.

En materia de cocina, le gustaba "lo simple y fácil". ("Nuevediario", 12/3/97)

SU TRABAJO EN "NUEVEDIARIO"

    Algunas de las características del trabajo de Marchesini en el noticiero fueron las siguientes:

    1)   Por lo general, los presentadores de noticias no dicen los textos de memoria sino que los leen de un monitor instalado sobre la cámara. Eso es lo que les permite hablar mirando al público, sin recurrir a un papel ni (en los últimos años) a la pantalla de la laptop. Claro que se requiere buena vista de lejos y nervios de acero.  Pero Mabel Marchesini no necesitaba leer. Hablaba con naturalidad y fluidez. Incluso cuando decía frases muy largas no se perdía.

    2)   En una época en que parecía que estaba de moda conducir de un modo cínico, indiferente o engreído, dio un ejemplo de comprensión y sensibilidad. Aprovechó un medio tan poderoso como es la televisión para hacerle bien al país. Cumplió una función social excelente.

    3)   No vacilaba.

    4)   Salvaba perfectamente cualquier demora en poner los videos.

    5)   No cometía furcios casi nunca.

    6)   Conducía con éxito entrevistas dificilísimas.

    7)   Hablaba siempre a tiempo.

    8)   Tenía una voz llena de matices.

    9)   Se desenvolvía con señorío.

  10)   No adoptó un modo frío e impersonal sino que se convirtió en una periodista apasionada.

   Mabel Marchesini marcó una época en la conducción de noticieros. Argentina había alcanzado la estabilidad monetaria después de 50 años de inflación. La ilusión de pertenecer al llamado "Primer Mundo" alentaba los proyectos de la gente. Se vivía un clima de euforia (que culminó en decepción).

   En ese contexto, Mabel informaba a la audiencia al mediodía y a la noche, a través de dos ediciones diarias que le brindaron un gran entrenamiento. Lo hizo durante más de seis años.

Foto: Mabel a principios de los '90

A FUEGO LENTO: EL FINAL DE "NUEVEDIARIO"         

                               (Datos de nuestro archivo)

   El 10/11/66 nació "Nuevediario". Lo crearon Alejandro Romay e Isaac Aizemberg (Clarín, 9/7/99). Recordamos que en un tiempo tuvo un eslogan: "Las dos caras de la verdad".
   En el período en que canal 9 fue administrado por el Estado, su noticiero tuvo diferentes denominaciones ("Hora de noticias", "Nuevemundo", etc.), pero volvió a ser "Nuevediario" cuando la licencia retornó a Romay.
   Fue considerado un noticiero sensacionalista. Sin embargo, su estilo fue adoptado luego por otros noticieros, y en sus últimos años, la época de Mabel, terminó siendo un noticiero refinado.
   Aunque su trabajo allí fue el más notorio de su carrera, Mabel había empezado a trabajar de muy jovencita, cuando estaba en la Universidad, en Córdoba, ocho años antes de venir de Río Cuarto (entrevista radial, 5/1/00). 

   El año de 1997 fue decisivo, una época de cambios e inestabilidad que presagiaba el fin del canal. Comenzó con el regreso de Mabel de las vacaciones el 13/1. Ya no conducía con Guillermo Andino sino con Claudio Rígoli y Osvaldo Granados. Se dice que era una época de gran exigencia. Su ánimo parecía variable. En algunas ocasiones se la veía muy seria, como el 27/1, con motivo del crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas, o el 3/4, con motivo del fallecimiento de José de Zer, emblemático cronista del noticiero. En otras ocasiones se la veía contenta. Pero también había días en los que denotaba preocupación sin un motivo visible. Algunas frases suyas, quizás referidas a las noticias, quizás no, fueron: "A veces nos quejamos de las pequeñas dificultades...", "...Nos lleva a reflexionar sobre nuestras propias vidas" ("Nuevediario", 4/4/97).
   Desde el 20/2 faltó unos días por disfonía. El 7/4, luego de un paréntesis,  reapareció la edición de las 20 hs. conducida por ella y Granados, con nueva escenografía.
   A fuego lento se acercaba el final del canal 9 de Romay. En el programa de espectáculos "Rumores" (por ATC) se dijo que Mabel estaba tan comprometida con "Nuevediario" que había pedido intervenir también en la producción (9/4/97). Parecían esfuerzos dirigidos a evitar un naufragio.
   Incorporaron a otras dos periodistas.
   El 20/5/97, casi como una premonición del ciclo que llegaría tres años después, alguien llamó al programa radial "Radio paparazzi" para preguntarle a su conductor, Jorge Rial, si era cierto que Mabel iba a hacer un programa en América TV desde junio. Le contestaron que no sabían.
   El 2/6 el modo de presentar las noticias fue de pie y con atriles, pero al día siguiente se volvió al modo habitual (sentados).
   El 3/6 Mabel nuevamente estuvo mal de la garganta y a partir de ahí comenzó una serie de ausencias esporádicas. Teleclic (13/6/97) anunció que había dejado el noticiero.
   El 23/6/97 Mabel Marchesini dejó definitivamente de aparecer en "Nuevediario". 

   El asedio periodístico le llegó entonces. "Rumores" reveló una dirección de Barrio Norte y dijo que hacía una semana y media que Marchesini no estaba en ese edificio (17/7/97). Luego dijeron que ella iba a hacer un viaje ("Rumores", 21/7/97).
   Según Teleclic (20/6/97), la dirección general de "Nuevediario" pasó a manos de Eliseo Alvarez. Pero la suerte ya estaba echada. No mucho después finalizó ese noticiero y también el canal 9 de Romay.

   Su desprendimiento de la emisora a la que tan intensamente había dado su sello personal constituyó un hito en la historia de nuestra televisión. No obstante, él conservó por entonces la propiedad de los inmuebles; entre ellos, el famoso estudio de la esquina de Bernardo de Irigoyen y México, desde donde durante años se transmitieron en directo los almuerzos de Mirtha Legrand.
   Una era y un estilo habían concluido.

VECINA ILUSTRE

   Con sus dos apariciones diarias, Mabel era parte de la vida de los televidentes. Un día, a mediados de los '90, el síndico de una empresa estaba charlando con un conocido en horas de trabajo y le contó dónde vivía él. A continuación agregó que en un edificio de la otra cuadra vivía Mabel Marchesini. Lo dijo con reverencia, como refiriéndose a una vecina ilustre. Se notaba que era algo que lo valorizaba, un dato que no podía dejar de contar.